jueves, 23 de mayo de 2013

Batalla de Cancha Rayada 2

Antecedentes

Tras la invasión del ejército de José de San Martín, derrotando a la fuerza de Rafael Maroto que se le opuso en la Batalla de Chacabuco en febrero de 1817, los restos de las fuerzas leales al monarca tuvieron que replegarse hasta recibir los refuerzos que el virrey Joaquín de la Pezuela pudo reunir en base a tropas americanas y un batallón y escuadrón expedicionarios, que atravesaron por el cabo de Hornos, y por tanto no habían sido retenidos por Pablo Morillo en la Costa Firme.
El grueso del refuerzo debía arribar en la expedición española ése año, y que acudiría en 11 transportes, pero cuyas tropas se sublevaron en el trayecto marítimo, pasándose además al bando independiente y entregando planos, rutas, puntos de desembarco, y todo lo que permitió finalmente la captura de la nave escolta, fragata "Reina María Isabel", y del resto de la expedición casi al completo.
Los realistas de Chile, sin embargo, no había dejado de trabajar para reagrupar sus fuerzas en el sur, formando un total de 4.612 hombres con 14 cañones,2 y que al mando de Mariano Osorio avanzarían en dirección norte para enfrentar a los ejércitos independientes.

Orden de Batalla

Ejército de operaciones del reino de Chile
Regimientos Realistas
Comandante en Jefe
Oficialidad
Unidades y Comandantes
División de la Izquierda
  • Batallón Concepción;4 Jefe, Juan José Campillo
  • Batallón real infante D.Carlos;5 Jefe, teniente coronel Bernardo de la Torre
  • Escuadrón -expedicionario- Lanceros del Rey.;6 jefe, José Rodriguez
  • Escuadrón Dragones de Arequipa
  • batería de artillería de a 4
División del Centro
División de la derecha (mixto)9
  • Batallón -mixto- de Cazadores
  • Batallón -mixto- de Granaderos
  • Escuadrón de Dragones de Chillán, Jefe Cipriano Palma
  • Dos escuadrones de Dragones de la Frontera;10 Jefe Antonio Morgado.
  • batería de artillería de a 4

Campaña de Cancha Rayada

Después del juramento de independencia el 12 de febrero de 1818, el Ejército Unido de liberación de Chile -unión del Ejército de los Andes y los nuevos cuerpos milicianos locales- conformado por 8.000 hombres,11 seguía observando a los realistas que avanzaron situándose en la ciudad de Talca.
Al caer la noche del 18 de marzo de 1818, el ejército aliado acampó en dos líneas paralelas dispuesto a pasar la noche. El general José de San Martín viendo su posición muy comprometida, decidió cambiar de posición antes del amanecer, pero a iniciativa del general José Ordóñez, los realistas decidieron atacar cuanto antes.
Sorpresivamente, San Martín fue avisado de que el enemigo salía de la ciudad, y sin tiempo para organizar la defensa, fue atacado por las tropas realistas. La confusión y el pánico desorganizaron las filas patriotas. Pero el general Juan Gregorio de Las Heras, que conocía la táctica realista de tomar por sorpresa al enemigo, pudo salvar íntegra la división de 3.000 hombres, escapando a menos de 200 metros de la retaguardia realista en un acto brillante. Cabe aclarar que Ordóñez era un viejo conocido de Las Heras, que lo había enfrentado varias veces antes y durante el Sitio y asalto de Talcahuano.
San Martín logró movilizar a sus hombres hacia una posición donde sus tropas comenzaron a responder el fuego. Una vez realizada la maniobra las tropas patriotas se retiraron dejando 120 muertos, 300 heridos, 2.000 dispersos y 21 cañones. Según el parte de Osorio al virrey Pezuela sus fuerzas tuvieron 40 muertos y 110 heridos contándose entre los primeros al teniente coronel Juan José Campillo comandante del batallón Concepción.12

Consecuencias

El 22 de marzo de 1818, el militar francés Miguel Brayer -al servicio del ejército independentista- (el mismo que concibió el desastre del Sitio de Talcahuano) llegó a Santiago portando noticias exageradas de Cancha Rayada. El pánico cundió de inmediato. Se afirmó que San Martín y O'Higgins habían muerto en combate, que el ejército había sido destruido y que la revolución había fracasado nuevamente. Con esta noticia algunos habitantes se aprestaron a emigrar a Mendoza -por miedo a las repercusiones- y otros a directamente buscaron la reconciliación con los realistas -ahora triunfantes-. Con celeridad se convocó a cabildo abierto, que se reunió en la mañana del 22 de marzo y en el cual el general Brayer abatió todos los ánimos, al manifestar que no había esperanza de reaccionar contra la derrota sufrida.
Después de este suceso llegó la noticia de que el general San Martín se hallaba vivo en San Fernando, donde se procedía a reunir a los fugitivos de la batalla. El 23 de marzo se supo que el brigadier Las Heras había logrado salvar a toda su división y que aún se disponía de 4000 hombres. De esta manera llegó la calma a la ciudadanía y lentamente se recuperó la confianza en el ejército conformado. En los primeros dias de abril de 1818 el general San Martín lograba finalmente la reorganización del Ejército Unido encontrandose nuevamente en condiciones de enfrentarse a las fuerzas realistas -en la que sería la batalla decisiva del conflicto: la Batalla de Maipú -.

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